Ya ha empezado la revolución que, probablemente,

se quedará en semejantes mamarrachadas, las que traen la creatividad y el compromiso de estos vacuos fantasmas inútiles, cambiando el nombre de las calles. ¿Quién les ha dado permiso a estos gilís para meterse en asuntos que nadie les ha encomendado, de los que no tienen ni idea, encima para la sórdida agitación y propaganda? No dan más de sí estos aprendices de "manguitos", porque la historia la han inventado ellos y han vuelto a poner nombre a las cosas, según costumbre del Génesis y sus íntimas rendiciones metafísicas. La revolución no era nada más que eso con unos cuantos fuegos de campamento: reponer los nombres a las calles. La plaza de Arriba España, el Pasaje del General Mola, la Plaza del Caudillo.... estas pueden ser las primeras calles de Madrid a las que el Ayuntamiento de Manuela Carmena les cambie el nombre por "franquistas y por no cumplir la Ley de Memoria Histórica" (¿Supo alguna vez, el más bobosolemne ZP, algo de historia? ¿Supuso que su memoria era el trasunto de todas las memorias? Si sus abuelitos levantaran la cabeza...). Al parecer, seguirán la calle Capitán Haya, la del General Dávila y la del General Yagüe por sus referencias al franquismo... Para estos "cambios" proponen algunos nombres como el de Emilia Pardo Bazán o la dirigente Dolores Ibárruri "Pasionaria".