Ya han llegado a Pamplona los matones y los amigos

 

de los asesinos de ETA. Han plantado su bandera con sus "inocentes" hechos consumados. La dejación del ejecutivo, la cobardía y blandenguería en el cumplimiento de la ley democrática puede hacer lo demás, someter a los hombres, libres e iguales, como sus esclavos a merced de sus caprichos y de su brutalidad. La democracia real son ellos. Los asesinos se convertirán en héroes y mártires, las víctimas en desgraciados resistentes advenedizos. Nadie tendrá derecho sino los amos con pistola(...) y los brutos,  señoritos horteras y kapos. Los demás no serán más que invisibles o siervos de la gleba o, simplemente, esclavos. Se seguirá la maceración en los ritos tribales y continuarán los conversos rindiendo su desgraciada existencia.  Algunos dispuestos a convertirse en sus adalides y publicistas en vez de que les corten el cuello. ¡A mandar! La resistencia de verdad, la desobediente, desde la distractora,  será marcada con estrellas amarillas y, en el horizonte, la marginalidad y los gaseamientos morales o cualquiera sabe qué... Ya llega el cortejo de los nacionalcomunistas que galopan para salvarnos...