¿Continuará ZP fascinado por el monstruo de ratón que soñó en Chaves al que quiso seducir en nombre de su mesiánico destino de la alianza de las civilizaciones y el flujo poderoso del plasma rojo? La poderosa vacuidad del modelo chaviano tiende hacia el comunismo sólo porque es la fórmula cómoda con la que puede ocultar su pasión totalitaria. ¿Podrá todavía continuar engañando a sus desesperados descamisados y a los divinos pretenciosos instalados en la misma secreta pasión? ZP parece todavía un Hamelín hamelizado por Chaves.
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