sábado, 27 de diciembre de 2014

¡Jalisco, no te rajes! Sigue cantando el mano con

su chorro de voz. Lo siente en el alma. Pasarían los siglos y él seguiría con la misma plegaria, el tranvía corrupto enfrente delante de la Catedral y las gentes festivas de un lado a otro buscando un no sé qué entre las tiendas... 

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