jueves, 28 de mayo de 2015

Una siniestra señal de peligro, el desprecio hacia

enemigos y adversarios, distingue a los PODEMOS, la Carmena y el Pablito Iglesias (no digamos nada de la plastilina socialdemócrata de Carmona), sobre todo contra el PP, como axioma. Es tan repugnante la exhibición de su arrogada excelencia ética, no pasando de mercachifles y cursilones impostores de perezosa inteligencia e ideología revenida e inquisitorial, que procuro mirar a lo lejos por higiene mental.

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