El abrazo de Ávila y a Ávila y a ESPAÑA ENTERA.

He dado vuelta por la ciudad antigua. La he pateado entera. Desde la casa natal de Teresa, el patio de los Velada, ya oscurecido, café con leche y yogur. Noche larga y hermanada. Entre el Mercado chico y el Mercado grande, la cafetería de mis amigas rumanas, la librería de siempre y la conversación amena que, aunque por sorpresa, siempre me espera. Hay novedades para mí. Volvemos al sufismo con ocasión de Ibn Ata Allah de Alejandría y "A zaga de tu huella" de Luce López-Barat. Luego, en Reyes Católicos, ¡oh sorpresa!, encontré EL PASO Y EL ARTE ABSTRACTO EN ESPAÑA... Los Tres siglos, luego, me acogieron con gusto. He salido de las murallas y he vuelto al monasterio de Las Madres, el pequeño museo y la iglesia de la primera fundación. He bajado hasta el Convento dominico de Santo Tomás, la eucaristía vespertina, el Cristo de Santa Teresa y el confesionario que frecuentó... Todo muy intenso. Además, bajo la lluvia.