Dormí la noche con la ilusión de encontrarme con la aurora no cuando baja la luz sobre Segovia sino cuando ella es elevada hacia la luz como, perspicaz, dice María Zambrano. Fui a la calle Peralta por compartir esa esperanza con las hermanas que desde allí reparten gracias y dulces y comparten oraciones. Estaba cerrado. Esperé la Aurora sobre el Acueducto y allí quedeme y olvideme, mi rostro recliné sobre el amado y cesó todo y déjeme con la conciencia, después, ante el cementerio judío, de que tal vez todo estaba cumplido, la ilusión despierta de que me espera quien me sueña ya más cerca.
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