"Las sabias palabras de Benedicto XVI contra el mal perdón vienen a cuento cuando se buscan explicaciones a conductas execrables como las de Alsasua el sábado. Cuando se perdona lo imperdonable y se tolera lo intolerable se rompen los códigos de convivencia. Y la impunidad hace crecerse al injusto, al violento y al malvado, que recurrirá a su ventaja para cometer nuevas afrentas, nuevos crímenes y abusos. Cuando se concentran cincuenta adultos para dar todos juntos, sin objeción de ninguno de ellos, una paliza de hospitalización a cuatro personas indefensas, entre ellas dos mujeres, es que allí fallan esos códigos de la convivencia civilizada. Que tantos individuos tengan atrofiado todo sentido de nobleza y justicia no es accidental. Tamaña vileza solo puede deberse al odio. Y revela el daño del mal perdón que durante tantos años se ha aplicado al movimiento separatista antiespañol, a sus crímenes y a su constante labor de destrucción de la legalidad española en Navarra y el País Vasco y la libertad constitucional. Se ha tolerado lo intolerable que es la siembra del odio. Las componendas en Madrid con los nacionalistas y la indolencia de la clase política hicieron que..." (ABC)
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