desde la izquierda. Fue el desencanto y fue la desbandada. El pequeño y endogámico mundo del antifranquismo estalló en pedazos.
No tengo mala memoria, pero no guardo ningún recuerdo de las primeras elecciones democráticas. Si acaso, conservo una imagen de colas de gente esperando para votar. No puedo asegurar que yo estuviera en alguna de ellas. Este vacío en mis recuerdos de aquella jornada es revelador. Para mí, al contrario que para la mayoría de los españoles en edad de votar, que sí fueron a las urnas, no era una jornada histórica. Era una jornada que ahondaba la confusión con la que vivimos el tránsito a la democracia muchos de los que habíamos estado en la oposición antifranquista. Sobre todo, los que militábamos en los grupos que estaban más a la izquierda; más a la izquierda del PCE, que era la referencia. En aquel breve período, aproximadamente entre mediados de 1976 y junio de 1977, los acontecimientos nos atropellaron. Al menos a mí, que había entrado en la LCR (trotskista) en 1972, cuando estaba en el primer curso de Ciencias Políticas, y justo después de que me detuviera la Social. Desde entonces, viví en la clandestinidad. Cambios de casa cada poco. Siempre vigilante por si te seguían. Huidas y caídas. Planes de acción. Lecturas, textos, discusiones. Multicopistas... (LIBERTAD DIGITAL)
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