domingo, 18 de junio de 2017

NI NA­CIÓN NI AU­TO­DE­TER­MI­NA­CIÓN (ABC)

MI­QUEL POR­TA PE­RA­LES En la Tercera de ABC: «Cataluña es una Comunidad Autónoma del Reino de España que el catalanismo primero, y el nacionalismo catalán después, imaginaron como nación durante la segunda mitad del XIX. Una nación imaginada que se consigue seleccionando, tergiversando, mitificando y mistificando determinados elementos de orden local, comarcal o regional» CARLES Puigdemont –en el anuncio de referéndum unilateral de autodeterminación– insistió en el tópico más preciado del nacionalismo catalán: «Cataluña es una nación milenaria» que tiene el «legítimo derecho a la autodeterminación». Ni lo uno ni lo otro. Ni Cataluña es una nación ni tiene derecho a la autodeterminación. Vayamos por partes. Tradicionalmente, la nación se ha definido, entre otros criterios, en función del origen, el linaje, la historia, el territorio, el mercado, la cultura, la lengua o la religión. Hay una definición –formulada por Stalin en El marxismo y la cuestión nacional, 1913– que, aquí y ahora, nos interesa. Stalin: la nación es «una comunidad humana, estable, históricamente constituida, nacida sobre la base de una comunidad de lengua, de territorio, de vida económica y de formación psíquica que se traduce en una comunidad de cultura». El nacionalismo catalán ha comulgado siempre con la definición estalinista de nación. Y la ha enriquecido. En efecto, para el nacionalismo catalán la nación es una combinación de rasgos objetivos y subjetivos. Los rasgos objetivos: la historia propia, la identidad propia, la lengua propia, la cultura propia y el carácter propio. El rasgo subjetivo: la consciencia y sentimiento de ser nación. Si aceptamos esta definición –propia del nacionalismo catalán, recuerdo–, la conclusión es obvia: Cataluña no es una nación. En Cataluña nada es «propio». Nada es distinto de lo español. Lo catalán forma parte de lo español y viceversa.... En Cataluña no hay una lengua propia, sino dos lenguas –oficiales– comunes. De lo objetivo a lo subjetivo: en Cataluña –consulten encuestas y paseen por las calles–, la consciencia y el sentimiento de constituir una, y solo una, «nación» catalana, es minoritaria. ¿La España nación de naciones? Una falacia. Como la silla de sillas o el árbol de árboles. ¿La Cataluña «nación cultural» según Pedro Sánchez? Probablemente, algún asesor le haya hablado de la clasificación del historiador alemán Friedrich Meinecke (1852-1954) que distinguía la Kulturnation del Staatnation con el objetivo de señalar la pluralidad cultural de algunos territorios ... como cuando los constituyentes alumbraron el término «nacionalidades». Cataluña es una Comunidad Autónoma del Reino de España que el catalanismo primero, y el nacionalismo catalán después, imaginaron como nación durante la segunda mitad del XIX. Una nación imaginada que se consigue seleccionando, tergiversando, mitificando y mistificando determinados elementos de orden local, comarcal o regional como la lengua, la historia, la tradición, los símbolos o la cultura. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

A estos independentistas de la peor especie hay que juzgarlos por sedición y rebelión e impedirles con toda la fuerza permitida por la ley sin miedo a que pueda haber revueltas tumultuarias y cuanto antes,la cobardía del Gobierno de España ha dejado que ya hayan llegado demasiado lejos.A los líderes de Podemos y del Psoe que pretenden romper España también habría que aplicarles la ley con contundencia.