Según el relato de los vecinos, Alventosa aseguró que “no iba a quitar ningún símbolo, porque eso significaría ir a favor de España y, que nosotros no queríamos a Cataluña”. Además, el párroco añadió que “él es libre de opinar y que el alcalde del pueblo le había pedido que colocara la propaganda de la ANC en el campanario”. Para concluir su sesuda argumentación, el cura explicó que se trataba de la “voluntad del pueblo, pues el 80% de los ciudadanos desea ver esos carteles ahí colgados”. Los vecinos no se quedaron callados: “La Iglesia debe permanecer neutral. No ha de entrar en la política”.
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