Puigdemont piensa a lo grande. Ahora quiere que la república que iba a ser la Suiza del Mediterráneo sea una potencia militar de primera categoría, Corea del Norte en el paralelo 40. Se ha animado el hombre tras la actuación de la policía regional con ocasión de los atentados de Barcelona y Cambrils. Los Mozos están muy bien, sin duda, pero un Estado de verdad tiene ejército porque el proyecto separatista para el espacio vital catalán no es una ampliación de Andorra, mar y montaña más atractivos fiscales, sino un país de tomo y lomo con el arsenal de Pyongyang, espías, satélites, comandos especiales, un escuadrón de gala para recibir a los colegas mandatarios en el aeropuerto de El Prat y otro de caballería para pasearse en descapotable por la Vía Layetana.(Pablo Planas).
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