miércoles, 6 de septiembre de 2017

Antonio Vives Fierro, con 77 años y la broma de la vejez.

Sin prisa Agua mineral con gas en la terraza de Semon. Vives Fierro conserva en su atuendo aires de La Habana, y en su fina ironía tardes de whisky y lluvia en algún club inglés donde se sabe que es poco elegante y sensato tener prisa, carecer de sentido del humory tomarse a uno mismo demasiado en serio. “Más que un creador soy un intérprete. Yo no creo nada, interpreto lo que veo, y eso junto a mi espíritu viajero me ha llevadoa pintar muchísimas ciudades. La primera que me marcó fue Londres, y la última que me enamoró fue La Habana. Pero tengo mucha obra de París,Venecia, Ginebra, Madrid… Ahora, a los 77, mi pintura ha dado un vuelco. Desde que visité el Museo de los Indios en Nueva York pinto monigotes”.

No hay comentarios: