Por mucho que grite El Patufet (Garbancito) que se encuentra "a la panxa del bou", en la panza del buey, "donde no nieva ni llueve" y que señale la estrategia de que "el buey se tire un pedo" para salir, si por el contrario continuara con su ciega digestión, Patufet acabaría en bosta, hecho mierda y alimento de gusanos. Cuando un sistema se cierra impide el intercambio y la relación que puede abrirle a su autentificación y a una realidad más compleja. Sólo los ciudadanos son dueños de su destino. Se acabaron los gorilas y los caimanes que imponen sus caprichos, su lengua y su cultura. La nación surge con el ciudadano, nace de la voluntad de convivencia entre personas libres e iguales. España no es otra cosa que esa voluntad de convivencia en los términos que marca la Constitución, abierta a una relación cada vez más libre, igual y corresponsable (sin privilegio alguno). Las peculiares interpretaciones culturales, en sus distintas dimensiones racional, ética, estética y religiosa, la diversidad de experiencias y tradiciones nos enriquecen a todos por igual. Los crímenes del nacionalismo se fundan en la exclusión y el privilegio, mientras que la voluntad de convivencia es práctica de apertura, igualdad y libertad. Por eso el nacionalismo debe ser proscrito públicamente en un TRIBUNAL POR LA CONVIVENCIA Y LA CIUDADANÍA CONTRA EL NACIONALISMO. Qué ridículo queda quien pretende comprar simoníacamente semen, óvulos, pasión, ilusión, trabajo, creatividad y las peculiares maneras de interpretar la realidad que deben cohonestarse en la voluntad de conviviencia entre los ciudadanos y someter a los demás a la propia y excluyente cultura. El destino de la indignidad y el atropello es el agusanamiento y la mierda.
2 comentarios:
Sin la inmigración Cataluña habría desaparecido. Por ese motivo Pujol suplicaba que cada matrimonio buscara tres catalanins. La realidad es que Cataluña pervive gracias al glorioso mestizaje que se produce en toda España desde antes de la Hispania romana. En ella no hay nadie que no se deba a todos. Pero, desde el momento en que los ciudadanos ejercimos nuestra voluntad, libres e iguales, no existe poder que pueda impedir el ejercicio de todos los derechos individuales. Lamentablemente todavía hay gente que pretende beneficiarse de los frutos del racismo y la xenofobia atropellando los derechos de cada ciudadano en beneficio de unos supuestos derechos territoriales o étnicos, descarado residuo de los siervos de la gleba.
La voluntad de convivir es la única patria que nos hace dignos. Por lo demás, solo soy español, "aparte la generosa e innumerable herencia,las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas...", porque puedo ser de todas partes, abierto, libre e igual dispuesto a gozar y compartir los esfuerzos de todos mis conciudadanos y sus originalidades.
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