sido nombrado miembro del Consejo del Poder Judicial, en una reiterada actuación mafiosa de los partidos políticos -sólo Rosa Díez ha denunciado tanta complacencia- convertidos por arte de birlibirloque, en dueños de las haciendas y del alma de los ciudadanos, sometidos al consejo superior de impresentables como el sobredicho individuo, sectario, incompetente y faltón (Insisto, me reviene el recuerdo del miserable y corrupto Jordi Pujol, cuando propuso para este alto cuerpo, al no menos miserable, el delincuente Estivill. Jordi Pujol debería ingresar en la cárcel por esta putrefacción de la justicia y de la democracia, por un delito que no debe prescribir nunca. Por la misma razón Convergencia i Unió debería haber desaparecido como partido político: sólo un sistema que ha convertido las instituciones en organizaciones mafiosas posibilitan la persistencia de estos engendros). Sr. Gallardón, Sr. Rajoy, cobardón, continuamos en la indignidad.
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