Pasado mañana se celebran los cincuenta años de la muerte de Luis Cernuda, poeta español en su particular exilio. Lo he puesto en el Puente de Triana sobre el Altozano. Recuerdo aquella coplilla que decía "Yo soy tan trianero que en la misma calle Sierpes me siento extranjero". Digo particular exilio no porque muchos lo señalaran como poeta malhumorado y misántropo ni siquiera por su difícil homosexualidad, menos por engrosar la pléyade de sabios y escritores que huyeron de la guerra civil y del franquismo, sino porque en él puede evidenciarse el misterio del exilio de la condición humana, lejos de la vanalidad de aquellas épicas en las que muchos han pretendido gusanear. Sobre el exilio tendremos que hablar en otro momento.
Nació en Sevilla y murió en Méjico. Siempre tan cerca y tan lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario