La bofetada a tiempo no es útil, no es buena, agrede, física y emocionalmente al niño, como explica Olga F. Carmona, Psicóloga Clínica, experta en Psicopatología de la Infancia y la adolescencia por la Asociación de Medicina Psicosomática y Psicología Médica y codirectora de Psicología CEIBE.
¿Cuántos Másters ha recibido esta joven profesora distinguida como "experta" o ha impartido lejos de la jungla -"y sin machete"- adobada con la dejación, el capricho y el atropello de "napoleoncitos", especímenes residuales del "buen salvaje".
Suele ser producto de la impotencia, de la falta de control y de recursos, del cansancio, del bloqueo y también, lo voy a decir, de haberlo recibido. Así que brota de nuestro interior cuando el campo está abonado para ello. Es verdad, a veces los niños nos llevan al límite. Es nuestra responsabilidad aprender a no reaccionar. Somos los adultos, somos los educadores. No somos otro niño que responde con igual pérdida de control. Estamos (o deberíamos) ofreciendo modelos de conducta. Si perdemos el control y agredimos, también le estamos dando un ejemplo, negativo.
Querida amiga:
Sin garantizar previamente autoridad en el profesorado ni su protección ante estos monstruos, los sermoncitos tan dulzarrones y sublimes, tan abstractos y descomprometidos, son canallas. Lamentablemente, la realidad se impone por sí misma y sin avisar. Pon la mano en el fuego y te quemas, el dedo en el túrmix y quedarás señalado para toda la vida. La mayoría de los padres no son tan perfectos como tú ni emanación de una providencia benéfica, según tus modelos éticos. Ruego que éstos continúen siendo humanos, que se equivoquen y que, agotados y desesperados, den un "cachete a tiempo" a quien se va a quemar o va a quemar la casa jugando con fuego. Por supuesto que es más bonito, cómodo (y culpabilizador) continuar esgrimiendo que todo padre o tutor "a tiempo" debe saber imponerse, con amor, generosidad y empatía. Querida amiga, más que hipocresía es arrogancia impúdica exhibir, como Gran Inquisidora, tanto buenismo, echando a algunos profesores a las fieras.
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