(Bailando con Eleanor Powell)
La época de oro de los musicales de Hollywood se establece entre los años 30 y 50, aunque si somos más rigurosos diremos que transcurrió en el primero de esos decenios, cuando todavía las películas eran en blanco y negro. Nadie pudo disputarle a Fred Astaire la valoración de ser el mejor de todos los bailarines y coreógrafos. Su carrera aún duró mucho más, en los últimos tiempos ya alejado de la danza cuando intervenía como actor en filmes dramáticos. Nos han quedado también sus canciones, sobre todo éstas: Night and day, de Cole Porter, año 1932, El Continental (1934) y Cheek to cheeck. Recordarlo hoy cuando se cumplen treinta años de su muerte, este jueves 22 de junio, significa evocar toda una leyenda. En su estilo, nadie lo ha superado, creemos. Y si alguien se acercó al maestro, sin ensombrecer su fama, fue su mejor alumno, Gene Kelly.
1 comentario:
Me he podido concentrar y he disfrutado de esta pareja bailando para lo que yo creía que no tenía sensibilidad.Mi impaciencia para lo que no disfruto a golpe de intuición,
hace que no me concentre,en otras ocasiones,el mínimo necesario para sentir que estos dos cuerpos no parecen de carne y huesos,sino de goma que se convierten en belleza.
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