jueves, 18 de diciembre de 2008

Parece que ZP está descubriendo su anténtica

vocación, tocar el violón. Lo malo es que cuando pierda el poder puede caer en una horrible depresión porque no tendrá nada que hacer y tampoco sabrá qué hacer. Del agazapamiento y el marrulleo al poder y del poder al desastre. ¿Le quedará algún amigo? ¿Le quedará algún pesebre? ¿Podrá pagar a algún palmero adulador?

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