no saben estos "tontos de los cojones" que la Constitución la cambio yo, cuando me sale de los propios). Para eso cuento con mis amiguetes, es decir, con mis lacayos, hechos a mi imagen y semejanza (de enteradillo de bareto de facultad) con la ayuda depredadora y carroñera de los nacionalistas a los que les importa un pito España. Por tanto, por detrás y en plan marrullero y con la única pedagogía de la imposición por mis santos caprichos y la sumisión esclava de mis beatos, repito, la Constitución soy yo, porque como decía el francés en francés, l´État c´est moi!
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