jueves, 4 de diciembre de 2008

Sólo el matonismo obliga a continuar la partida como

si nada. Ese matonismo ambiente y parroquiano, de los consentidores, de los sordos beneficiados del sometimiento y la autonegación de los ciudadanos, del miedo y de la cobardía, macerados por los usurpadores de la democracia y los renegados de la ciudadanía y de las leyes para instrumentarlas en su beneficio, ese matonismo que amenaza y estigmatiza a cuantos no acatan sus órdenes ni modelo identitario o leguleyo, es el cómplice de la miseria moral que rodea la muerte de nuestros compatriotas, de esos que tienen como auténtica patria su voluntad de convivencia en paz al amparo de la ley.

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