martes, 17 de diciembre de 2013

Continúan, leguleyos, como el bobosolemne

de que nación era un concepto discutido y discutible, alentando un pensamiento reaccionario y disgregador, mientras disfrutan de la inaccesibilidad de los problemas reales de la convivencia. Las leyes y su filosofía del derecho no son más que disquisiciones de diletantes, cobardes y desalmados, al servicio de señoritos.

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