catalanes sean insaciables, si no de que el mismo presidente de un Grupo fácilmente reconocible, haya llegado hasta su ministerio a poner el cazo y luego a rajar de él por las esquinas. ¡Cómo puede ser eso! Mamones, haciéndome la pelota y luego, siempre, insatisfechos e ingratos por muy consentidor que me consigan. Ojo, que yo lo sé todo de ustedes.
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