miércoles, 11 de diciembre de 2013

Montoro se queja de que no sólo los nacionalistas

catalanes sean insaciables, si no de que el mismo presidente de un Grupo fácilmente reconocible, haya llegado hasta su ministerio a poner el cazo y luego a rajar de él por las esquinas. ¡Cómo puede ser eso! Mamones, haciéndome la pelota y luego, siempre, insatisfechos e ingratos por muy consentidor que me consigan. Ojo, que yo lo sé todo de ustedes.

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