viernes, 20 de mayo de 2016

La de­gra­da­ción de una so­cie­dad no su­ce­de de repente.

«La de­gra­da­ción de una so­cie­dad no su­ce­de de ma­ne­ra re­pen­ti­na, sino que el en­vi­le­ci­mien­to se pro­du­ce de una for­ma len­ta, pe­ro cons­tan­te, con la acep­ta­ción de pe­que­ñas in­jus­ti­cias, con el con­sen­ti­mien­to de le­ves su­mi­sio­nes, has­ta que las ve­ja­cio­nes van alcanzando una cualidad mayor".

1 comentario:

Anónimo dijo...

......CON LA INDIFERENCIA...CON EL SOLO IMPORTAR LO DE UNO...CON EL ENVILECIMIENTO DE LA COMODIDAD...EL EGOÍSMO...LA AVARICIA...EL DESDEN...
CON ESE DESAGRADABLE LEVANTAR LOS HOMBROS EN UN...A MI NO ME IMPORTA.
A MI NO ME TOCA...
ILUSOS...LES TOCARÁ...Y HASTA CORREN EL RIESGO DE CONVERTIRSE EN....
SUDACAS.......................RECUERDAN?