domingo, 20 de julio de 2008

Gallardón denuncia la molestia de las palabras en vez

de la contundencia de los hechos. El melindre verbal refuerza la opacidad de las cosas. Es un mérito a agradecer asumir el riesgo de la provocación y la incomodidad cuando las formas versallescas se alían con la miseria circundante para reforzarla. Tendrían que ser innecesarias las diatribas y las quejas de Losantos si la sociedad y sus más conspicuos representantes asumieran sus responsabilidades. Flota la miseria moral cuando pretende imponerse una nueva dictadura. Un neo nazi socialismo nos amenaza vestido de un rojo acomodaticio a la porquería de la arrogancia, el atropello, la exclusión y el desprecio.

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