miércoles, 30 de julio de 2008

A la lengua del Psoe se la ha comido el gato.

Al Psoe sólo le quedaba lengua con la que continuar fantasmeando, seduciendo, reduciendo o aniquilando a devotos, excomulgados y al inteligente e íntegro resto sentenciado al ostracismo. Es sólo una agencia de colocación, influencias, clanes y curias privilegiadas (los pajines, los aídos, los guerra, los chaves...) que no tendrían ningún futuro si no fuera por su condición de caballos troyanos en una democracia indolente. La constitución y las leyes sólo son útiles para la arbitrariedad. Si ya sólo les quedaba lengua para la mentira y la malediciencia como la de Pepiño, ahora parece que se la haya comido el gato ante el flagrante atropello de los ciudadanos que ellos mismos promueven y maceran en su arrogancia insensata y cruel. Da lo mismo, mientras el cuerpo aguante.

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