Ante el activismo de Garibaldi, le comento: "No se lo podemos dejar todo a esta delirante invasión de bárbaros, sobrepasados. Ya no saben qué hacer. Mas se ha echado en manos de Urkullu, otro que está perdido. No tienen nada que hacer que pueda tener futuro en el resto de España y tampoco en Europa. Rajoy continúa alimentando a la bicha, acojonado y con riesgo de delirar de prodigalidad, aún más… Todo ha sido un gran disparate. De delirios unos, los psicópatas del independentismo, bichados de nazismo, y de egoísmo y cobardía de los dos grandes partidos. A tomar viento con todos ellos. Tal vez si se enfangan más, podamos exigir para una España democrática la prohibición de partidos nacionalistas, destinados a la destrucción de la democracia, de la libertad e igualdad entre españoles. ¡Españoles. Con eso lo hemos dicho todo! Para el resto de nostálgicos que funden una casa regional, sin ánimo de lucro, sin subvenciones, para jugar al parchis, cantar la tarara… o para hacer juegos florales. Para la cultura, ya están las academias y la creatividad de la gente. Para la libertad y la igualdad, el estado de derecho.
¡Valiente, cuídate!"
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