miércoles, 21 de mayo de 2014

Son feas, feísimas. Mira que son feas...

Y no me vengas con el tópico del machismo que lo sacáis cuando no tenéis nada más que decir. Además, con un torrente de quejas inquisitoriales dispuestas a echar a la hoguera a quienes se dejan llevar por tan primarias emociones y tratan como objetos a las mujeres, bien para el consumo afanoso o con el desprecio inmisericorde. Ya Platón reconoce la autonomía de las emociones estéticas y sus procesos de elevación superior. Yo mismo fui testigo, veinteando, de un enamoramiento sorpresivo y fugaz hacia una señora que me doblaba la edad, dueña de una librería, tras mi desapercibimiento primero, incluso ignorancia, por su rostro algo ajado y cetrino. Bastó oirle hablar con tanta precisión, firmeza y convicción, atención y elocuencia que no pude más que volver la cara, fijarme en ella y quedarme "pasmao". Me estaba arrobando. No sé si levité, encandilado ante sus ojos luminosos y el rostro de un aura subyugante. Me la habría llevado a casa para adorarla y amarla ciegamente. Pero, de aquí mi reflexión, todavía no he superado el espanto de las Nekane. Con ellas me pasa lo mismo que a Alfonso Usía con las semejantes (He de declarar que mientras procuro cualificar mis intuiciones de realidad, creo que ningún ser humano me es ajeno -por lo menos, así lo deseo- y que, por encima de todo, cualquiera merece mi reconocimiento ciudadano. Lo malo es que estas sujetas, aparte sus condiciones poco cultivadas, se enardecen en la barbarie, lo cual no es menos horroroso. Lo peor de todo es que piensen que se identifican con los pobres y oprimidos con la dejadez y la guarrería. Algo verdaderamente insultante). Ahí va el conjunto de Ussía en la RAZÓN.

(Lo mismo me pasa con Tania Sánchez,  pero al revés. La primera sorpresa al contemplar a esta militante, comulgante comunista con su "compañero" de fatigas bolivariano, tiene el recorrido inverso. Cuanto más habla más me desazono. Una pena.)  De todos modos, hace tiempo que rendí a que "los caminos del Señor son infinitos, nos gusten, de entrada, o no. Pero, las Nekanes son feas, feísimas.

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