miércoles, 10 de julio de 2013

Celebrar a San Benito en uno de los monasterios

que canta su fe todavía en gregoriano (y catalán), es una gracia.
Quien conozca mi vestíbulo encontrará, a mano izquierda, la imagen de "Pepe resucitado" que realicé sobre cartón, trasladando la memoria de este cuadro de Montserrat Gudiol, andrógino o "resucitado" de "San Benito joven" con las reglas de los benedictinos en sus manos.
En el cuadro pergeñado la mano izquierda da, desde el corazón, lo que recibe con la derecha, como concha vuelta al cielo. El pie que se ve es el izquierdo (no el derecho como San Benet), no en vano soy zurdo y la memoria me juega siempre estas pasadas.
Mis recuerdos nunca son exactos, al borde del error o de la creación (esa que surge también de la torpeza).

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