lunes, 1 de julio de 2013

Al barrio han llegado, incluso, las habaneras.


Es la integración torpemente identitaria. Las habaneras han sido siempre de todos, incluso en catalán.  Ya las cantábamos en tiempos de Franco. Pero, hay que rendirse a ellas, como a la lengua, que yo aprendí líbremente en la calle con toda naturalidad.  Integración por cojones, advertida la precipitada extinción de esas identidades corruptas. Por amor y emulación estaba siendo más fácil y simpático...

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