sábado, 12 de julio de 2014

La agitación y la propaganda triunfan con el desprecio

y la incultura. Por eso, suceden, impunes, comedias como las de Rivero, que viene surcando sobre un populismo pretencioso y zafio, a costa de la famélica legión.
Ayer descubrí un oculto signo de una residual xenofobia. Espero. Porque aquí ya no se engaña a nadie, ¿ingenua esperanza?

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