sábado, 16 de agosto de 2014

¿Puede subsistir una democracia en la que unos

políticos y otros pocos puedan estar convencidos de la impunidad de sus voluminosos delitos?  Cuando la Marta Ferrusola comenta a Jordi Pujol "No et preocupis, Jordi, aixó s´olvida rapit!" o algún periódico (LIBERTAD DIGITAL) encabeza sugerente(?) que "el caso de los ERES pueda caer en manos de Conde Pumpido", las oportunas prescripciones de los delitos, las lecturas alternativas del derecho, el olvido en los cajones de los asuntos, la destrucción de pruebas, los indultos, la irresponsabilidad "in vigilando"... entonces la seguridad jurídica se entenebrece... o empieza a iluminarse con luces de neón de chiringuito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oyendo hablar a Griñán el ex presidente andaluz de la Junta de Andalucía imputado por la juez Alaya sentí un cabreo semejante a su descaro.Si el Tribunal Supremo no condena a estos tipos,Tamames y Carrascal dicen que la democracia queda muy tocada.