que no comparto la iconoclasia indiscriminada, el insulto, la vejación y la falta de respeto. Alguien dirá: mira quién vino a hablar, BENGALAS. Bengalas denuncia, desenmascara con voluntad de verdad y de librarnos de la mentira, el atropello y el avasallamiento de algunos cuya realidad es más cruel, descarnada y sorda que lo que pueda señalar una efímera bengala que apenas recoge el grito de la calle. Alguna chispita tendría que entrar en el ojo de alguno, aunque sea provisionalmente. Si no... vendrá PODEMOS y sus fatuidades.
Nosotros conocemos uno de los primeros ataques a la libertad de expresión, la bomba contra el PAPUS.
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