en el mundo. Una niña marroquí de 13 años llegó un día a su escuela, en Girona, con muestras visibles de haber sido golpeada. Fue en el 2013. Los moratones acabaron destapando lo que sucedía: sus padres le habían concertado un matrimonio forzado. La querían casar con un primo, quizá por mantener unida la economía familiar, quizá para propiciar la regularización del nuevo marido en España...
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