miércoles, 7 de enero de 2015

He vuelto a otros rincones queridos como

(El ZURICH, donde quedábamos)
(El Mercat de Sta. LLuçia)
(Reconocidas tiendas de Antigüedades)

(Librerías de viejo)
(San Jorges con sus dragoncitos para turistas)
(la catedral)
Tantos rincones a los que acudo como en un rito procesional. En las librerías siempre encuentro una fascinación, en los cafés un sabor secreto, en la catedral, el barrio gótico y los restos de la Gran Sinagoga, el esfuerzo de los hombres y su necesidad de Dios que continúan sorprendiéndome agradecido.

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