"Lo peor del populismo nunca es lo que hay, sino lo que vendrá. El problema de las mentiras populistas es que cuando una cunde ya se está gestando la siguiente y así sucesivamente. La aplicación imposible de las falsas promesas deja a su paso un ejército de tramposos y decepcionados. Los tramposos intentan aprovecharse de la buena fe de quienes en ellos confiaron. Los decepcionados se sienten más puros que sus predecesores, se presentan como alternativa inmaculada y cuando ganan y entienden el mecanismo, y la vacuidad de su planteamiento original, se vuelven cínicos e intentan salvarse -otra vez vuelta a empezar- a costa de los sueños de los que no saben soñar. Lo peor del populismo nunca es lo que hay, sino lo que vendrá. El populismo es una metástasis que a todos los órganos alcanza, hasta que ya no queda ninguno sano. Las sociedades enfermas de populismo pierden lentamente su capacidad de reaccionar, y se hunden en el caos y en la desesperanza cada día un poco más. ... El populismo es siempre la mentira siguiente a la que ahora te están contando. Tsipras y luego Varoufakis. Syriza y luego su escisión todavía más estúpida, con los griegos de fondo, idiotizados". (ABC).
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