viernes, 10 de marzo de 2017

Ser inteligente no garantiza la felicidad.

"Ser brillante, tener talento o alcanzar el éxito en algunos aspectos de la vida puede incluso sabotear el bienestar. El cine reflejaba esta paradoja en Ciudadano Kane, una cinta que hace replantear el foco al que quizá debería ir dirigido nuestro empeño cuando buscamos la plenitud emocional.  “No hay correlación entre estas variables, porque son diferentes entre sí. Lo que determina el grado de satisfacción depende de las experiencias vitales, pero en última instancia ésta depende del grado de equilibrio de cada persona”, indica José Antonio Portellano, psicólogo clínico y profesor en la Universidad Complutense de Madrid". (LA VANGUARDIA)

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