(Laissez faire, laissez passer). Sorprende en boca de un socialista este principio liberal para aplicarlo a la situación actual, al borde del disparate. Durante la presentación de la conferencia, Montilla ha apelado a la "serenidad" y al "diálogo" entre el Gobierno y la Generalidad para superar la tensión independentista actual, buscando una "nueva fórmula que garantice la convivencia, sin vencedores ni vencidos". Y ha culpado a ambos de la actual situación: "Por descontado que hay quien ha alimentado este sentimiento de agravio con medias verdades y exageraciones para aprovecharlo en beneficio de una opción tan legítima como la independencia de Cataluña, y equivocada desde mi punto de vista. Algunos han hecho de aprendices de brujo azuzando un fuego que ahora no saben o no pueden reconducir y otros, también lo he de decir, creen que hay que esperar a que baje lo que creen que solo es un suflé. Esto no lo arreglaremos buscando un atajo ni poniendo una barrera" (CRÓNICA GLOBAL). Este Montilla, vuelve al pasteleo y al buenísmo, sin dejar sus contradicciones: que no haya "vencedores ni vencidos", pero sí "culpables" (por cierto, no sé cómo no ha afrontado más radicalmente su trayectoria de colaboracionismo con el "estatu quo" haciendo posible su envenenamiento y asumiendo el empuje del iluminado ZP. Templar gaitas mientras él tiene muy asegurado su "cocido" caliente es muy "buenita" y ya vendrá una mano providente que traerá las migajas a los parias de la tierra. ¡Cómo entender este "diálogo", sin vencedores ni vencidos, desde el flagrante incumplimiento de las leyes! Tiene que resplandecer la verdad y la justicia siempre y con las correspondientes responsabilidades.
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