de los dirigentes de Cataluña-Caixa la precipitaron en el mar de la miseria contra sus clientes y el Estado.
"La cúpula de Catalunya Caixa, desesperada por la falta de liquidez, ordenó a sus ejecutivos entre 2009 y 2012 desplegar una política comercial despiadada con sus clientes. Las instrucciones se daban en correos electrónicos internos a los que ha tenido acceso Interviú, y en reuniones como una, clave, de abril de 2012, en la que los directores de sucursales de Castilla y León recibieron órdenes para colocar preferentes, vender pisos y liar con préstamos al público a sabiendas de su irregularidad".
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