colegios británicos donde dan clases para sentirse bien; no quieren ser solo «fábricas de exámenes». En 2006, Seldon introdujo las que se conocen como «clases de felicidad», una asignatura de una hora a la semana donde simplemente se trata de enseñar al niño a vivir. Profesores especializados promueven debates sobre las emociones, se fijan objetivos vitales positivos y se enseña al alumno a sobrellevar la tensión del día a día, incluso la que genera la nueva conexión constante a las redes. Seldon está encantado con su experiencia". Este reduccionismo filosófico, psicológico y psicopedagógico ha tenido en la Ética un proyecto excelente, equívoco y mal aprovechado en nuestro país. Manual de Invento ha estado experimentando y extendiéndolo a todo el ámbito educativo la voluntad de aprender a vivir bien, a darse y a dar cuenta de las cosas, personalmente y en la complejidad de la convivencia.
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