italiano". El profesor Fabbrini destaca que la corrupción de los políticos en las regiones ha sido muy superior a la ocurrida en el ámbito nacional del país La democracia italiana cambia y se moderniza. Por fin, después de un encendido debate que ha durado treinta años sobre la necesidad de una reforma constitucional que hiciera de Italia un país gobernable, el Parlamento ha dado el visto bueno al plan de Matteo Renzi para reforzar el Gobierno central frente al regional y reducir el papel político del Senado. Es una reforma que supone un ahorro sustancial en los gastos del Estado. Tras esta victoria política, facilitada por las divisiones de sus adversarios, el primer ministro Renzi ha comentado eufórico: «Italia será un país más libre y más justo" (ABC). ¿Seremos capaces de coger recortes?
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