domingo, 2 de agosto de 2015

Antonio Robles desenmascara la campaña contra Albiol.

"Nada más conocerse el candidato del PP a la presidencia de la Generalidad, los tanques mediáticos del nacionalismo y de las izquierdas catalanistas han salido en tromba contra él. Objetivo, estigmatizarle de salida para dejarlo fuera de la carrera electoral antes de empezar. El cordón sanitario. Así se entiende la democracia en Cataluña. Y es que la fijación con el PP es enfermiza. Haga lo que haga, los mantras catalanistas han logrado tatuarle la vitola de franquista con parecida eficacia al desprecio que logró imponer el nacionalismo contra los judíos en la Alemania de los años treinta. ¿Por qué temen los enemigos de España a Xavier García Albiol? Porque es un tipo sin complejos ante el nacionalismo, ni guarda respeto alguno al tradicional chantaje de CiU al PP, en nombre de la gobernabilidad del Estado. Se han de escarmentar las irreverencias del díscolo, no sea que otros lo imiten. Por si fuera poco, utiliza un lenguaje directo, populista, tan cercano a la barra de un bar, que sus carteles electorales parecen sacados de los miedos inconscientes de la gente corriente. De ahí su conexión con ella. En Badalona ha logrado atraer a todo tipo de electorado, incluso al socialista, prometiendo limpiar barrios marginales de inmigrantes con comportamientos incívicos y delictivos. El lema de su campaña de las pasadas elecciones del 24 de mayo era "Limpiando Badalona", que logró centrar la campaña en él por el empeño de sus enemigos de tratarlo de xenófobo y racista. Jordi Évole llegó a afirmar que el lema "le daba asco"... Para sus detractores importaba poco que repitiera una y otra vez que solo pretendía "limpiar Badalona de todo aquello que genera problemas con el resto de vecinos". Es del PP; con eso basta para compararlo con el Frente Popular de Marine Le Pen. Aunque la pitada del Nou Camp o las muestras diarias de desprecio a los españoles por parte de sus detractores nacionalistas estén mucho más cercanas a tal comportamiento xenófobo. Es el peaje que en Cataluña hay que pagar por no ser del gusto de la parroquia. Es decir, por ser español..." (LIBERTAD DIGITAL).

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