"memoria histórica". "El fotógrafo Joan Fontcuberta en El beso de Judas dice: "La fotografía es pura invención. Toda la fotografía. Sin excepciones". El inventor ha creado la foto buscando un ideal. Marina Ginestà también buscaba ese ideal como Josephine Baker, la Diosa Criolla, la vedette, que tiró su desnudez de ébano en los tablones del Folies Bergères escupiendo hembra, raza y dignidad a los taxidermistas de la vieja moralidad. La Baker mamó el llanto amargo y racial del verdadero blues del pueblo negro saltando de un lugar a otro de su Misuri natal con la Jones Family Band y supo hacerlo suyo en el momento de llegar a ese París de ensueño de la militante abolicionista Harriet Beecher Stowe. Cuando el París vivido de Stone y Baker se agusanó por la ocupación nazi, La Perla Negra no dudo en quitarse su famosa falda de plátanos y ponerse el uniforme de la Resistencia contra los represores. Ginestà y Guzmán no dudaron en ofrecer su corazón contra el fascismo, creyendo que podían pararlo".(EL MUNDO)
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