Según Salvador Pániker, "con esa predilección por lo tecnológico de materialismo pragmático", la sociedad queda huérfana y "creamos robots amnésicos, no seres humanos completos". (LA VANGUARDIA)
- Porque, en definitiva, estamos prescindiendo el derecho a pensar, a ser dueños de nuestras vidas y a dirigirlas por auténticos valores que podes enriquecer en la convivencia. Estamos convirtiéndonos en autómatas autocomplacidos, inconclusos y sin salida.
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