lunes, 10 de agosto de 2015

Unos imbéciles se arrogan la capacidad y el derecho

de interpretar la memoria y la historia. La nuestra y la de todos, de los vivos, de los difuntos y de los nascituri. Son tontos de baba. Que piensen que la democracia les habilita para estos y otros disparates semejantes, es para exigirles unos cursos de educación, ética básica y democracia... Parecen locos casquivanos y delirantes. "Salvador Dalí y el problema de la ideología de los artistas. Dalí, "el surrealismo soy yo", acabó sus días proclamándose "anarco-monárquico". Salvador Dalí, el original, no era un modelo moral, pese a la enfebrecida defensa del catolicismo a partir de su regreso a España, en 1949. Dalí, pieza nuclear del arte del siglo XX. El artista que triunfó en América, el hombre que fue expulsado del clan de los surrealistas en un acto sublime de surrealismo. Dalí, el escatológico, el erótico, el subversivo, el multimillonario, el pornógrafo, el actor y el arte en carne, hueso y bigotes afilados, pasa ahora por el trance inaudito de ser considerado una figura del franquismoComo quiera que Dalí era un tipo peculiar, envidiado, odiado y admirado, unos y otros, de los de aquellos, interpretaron su retorno a Cadaqués como un apoyo explícito al régimen dictatorial de Franco. Dalí era una celebridad mundial, un artista integral y fundamental dotado para las más variadas formas del arte hasta el punto de convertir su propia vida en una magna representación que excedía cualquier límite. Los relojes blandos, los elefantes con patas de jirafa, la Crucifixión son algunos de los ejemplos típicos y clásicos del creador del método paranoico-crítico". (LIBERTAD DIGITAL)
Carmena, alcaldesa de Madrid, no ve claro el callejero. Su nueva 'preokupación': borrar la calle del hijo del fundador de ABC.

1 comentario:

Anónimo dijo...


Se atribuyen el poder de interpretar la memoria y la historia sin tener los conocimientos y por intereses bastardos.Mac