que grita diciendo: "¡Viva el Rey!" y avisa de que por la izquierda "no me corre ni el coletas".
No es de extrañar que se manifieste de esta manera, conociendo la arrogancia ignorante e irresponsable, cuentista, cegata y sectaria, de cierta izquierda, vacía de ideales, de reflexión y esfuerzo, a la que gusta hacer revoluciones de papel, de cambios de nombre y coloretes, de calles y de banderitas, de coronas y gorras, de varitas mágicas y cubiletes...
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