miércoles, 4 de junio de 2014

En un mitin del cuentista Víctor Cucurull, se oye

¡Charnegos al paredón!  Como charnego y, sobre todo, como ciudadano, rechazo la banalización de frases, gritos, actitudes, hechos consumados que van contra una sana convivencia democrática. Es una forma de terrorismo que los gobiernos deben atajar con más rigor que una guerra química o bacteriológica. Sólamente los señoritos de la política, apegados a las moquetas y a los encasquillados castillos dorados del poder, pueden ignorar estos sucesos de peligrosísima acción retardada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es, charnegos al paredón, a la Generalidad le faltarían balas.....
y aún dicen que España no les entiende....semejantes cabestros, han llevado a Cataluña a lo más bajo.

Taif dijo...

Espero que el disparate no tenga más futuro que la autodisolución.