lunes, 20 de abril de 2015

Gabriel Albiach llora por el futuro de sus libros...

" En­fer­ma­mos de lec­tu­ra. A na­die pa­sa­re­mos nues­tro vi­rus. No hay pe­li­gro. Con­mi­go mo­ri­rán mis li­bros. Hubo un tiem­po –yo era jo­ven– en el cual re­vo­lu­ción y bi­blio­ma­nía eran lo mis­mo. De esos años con­mo­ve­do­ra­men­te pe­dan­tes, ate­so­ro el me­jor de mis re­cuer­dos: el de un ge­ne­ra­ción que, has­ta pa­ra errar –y erró mu­cho, y pa­gó por ello–, se exi­gía a sí mis­ma el lar­go en­cie­rro si­len­cio­so en las bi­blio­te­cas. Me­mo­ri­zá­ba­mos vo­lú­me­nes con el amor con que lo ha­cían los hom­bres-li­bro que cie­rran esa ele­gía a la muer­te de la in­te­li­gen­cia que es el Fa­ren­heit451 de Brad­bury. Tam­bién, con su in­ge­nuo op­ti­mis­mo tras­cen­den­te. He­mos vi­vi­do en el sue­ño de que los li­bros po­dían sal­var el mun­do. Y, en él, sal­var­se. Y aho­ra, cuan­do la ve­jez nos fuer­za a pre­ver qué se­rá de nues­tras bi­blio­te­cas des­pués de no­so­tros –es­to es, muy pron­to–, una gla­cial ver­dad se nos im­po­ne: nues­tras bi­blio­te­cas se­rán na­da: tri­tu­ra­do pa­pel que re­ci­clar en pas­ta". 
- Gabriel, yo ya los voy regalando...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Le pediría que me regalara "La sinagoga vacía",,,,

Garibaldi