domingo, 16 de noviembre de 2014

Hemos vuelto a Las Lagunetas, a nuestros pinos,


a nuestra pinocha, a nuestras setas, a nuestros caminos, a los sueños antiguos entre la niebla y la llovizna... ¡Qué dulce y estremecida experiencia que remite a la oración al misterio con su nostalgia. Y, luego, una cuarta y carne de cabra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las Lagunetas que hermoso lugar,me acuerdo de unas jugadas de fútbol en que San...corría al lado del balón pero no le tocaba con el pie.
Un hermano mío coge setas de ésas y las cocina,se lleva un libro con fotos de setas.Es muy atrevido.