"Vox puede abanderar la idea dela revolución liberal pendiente: España no podrá despegar de verdad sin una reducción del peso del Estado (que lo devuelva, simplemente, al tamaño que tenía hacia el año 2000). Esto es articulable, además, con la propuesta recentralizadora que figura en su programa: la eliminación de las autonomías –o, al menos, recuperación de competencias como sanidad o educación por la Administración central– permitiría un recorte sustancial del gasto público, eliminando duplicidades, restaurando la unidad de mercado y permitiendo economías de escala"... "Vox tendrá una oportunidad si consigue federar al electorado liberal, harto de consenso socialdemócrata, con el conservador (indignado con la tibieza del PP en temas como aborto o familia) y el antiautonomías, cansado de despilfarro clientelar y claudicación frente a los nacionalismos. Esta coalición no debería ser imposible, pues el liberalismo económico, el conservadurismo moral y larecentralización política son principios coherentes entre sí. Vox está jugando también la carta de la regeneración institucional (independencia del poder judicial, democratización interna de los partidos…), pero esa ya la jugaban UPyD y Ciudadanos: encasillarse sólo en este registro haría dudar al elector de la necesidad de un partido más; de hecho, se levantan voces que llaman a "una alternativa única frente al bipartidismo", pretextando la Ley D’Hondt, etc. Vox sólo podrá justificar su existencia si cultiva un perfil ideológico diferenciado; y su diferencia respecto a UPyD y C's sólo puede ser un discurso nítidamente liberal-conservador"(Francisco José Contreras).
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